En
el ojo de un huracán de historias
saltando
de los lentes de la abstracción
de
Guillermo Samperio, un escritor,
a
un atlas de bolsillo de Mesoamérica,
la
recopilación de poetas modernistas
de
hace ochenta años por Jorge Cuesta,
El
Kybalión y las siete leyes; tres iniciados.
y
escuchando adormecido White Tantra Yoga.
En
medio de este remolino de libros y temas;
reflexiono
la lectura que hice de Cortázar
cuando
escribe “cristal con una rosa dentro”,
esas
pequeñas cosas que canta Joan Manuel
las
noches sin estrellas y en lunadas
entre
arena del mar y mi casa en el olvido,
lloviéndome
de comas y acentos por las frases,
atorándome
de versos al azar desesperados
y
los párpados cansados con el tiempo encima
la
boca seca por no haber despegado los labios,
la
imagen del río Jamapa entre árboles de
mango
y
una zona verde devorada por la grava y el asfalto,
a
unos cuantos días del canto decembrino de la rama
y
en el viaje no resuelto a la casa de los otros
rostros
descubiertos por la montaña
que
se esconde con sus ojos…
Me
dispongo a preparar un café veracruzano
leer
una colección de versos de un amigo
estudiar
las reacciones de mi cuerpo cuando fumo
reflexionar
sobre la crisis sempiterna de la vida
tratar
de entender por qué la soledad es una puta
y
bendita compañía en estas noches invernales,
ausentarme
en una lluvia de metáforas,
escapar,
darle carpetazo de inconcluso y terminado
a
los cientos de problemas no resueltos
y
así como en estudios que le hacen al futuro,
sobre
todo de aquello que puede dejar dinero,
donde
alguna variable puede ser el tiempo,
así
dejo que el tiempo sepulte mis recuerdos,
y
cubra de polvo figurado a mis sueños de hace un año
y
acomode otras variables del amor y del olvido,
de
los viajes planetarios por continentes inventados
en
que el cuerpo de una mujer no necesita anteojos,
su
orografía dos cordilleras imponentes impolutas
valles
y ríos microscópicos donde fluye el sexo
grutas
en que me encierro para olvidar mi vida
al
recordar uno a uno los detalles desde el vientre,
capitulando
amarras en el puerto de la muerte
atravesando
el miedo de que nada es importante
solo
el camino por andar no caminado,
no
dejarse arrullar por el canto de sirenas
volver
a recorrer los pasos perdidos de la infancia
los
juegos con chapetas y alambres inservibles
ser
mariposa y cometa en el verano, farol chino
y
rituales en los festejos tropicales del invierno
y
este dolor sin que te duela al descubrirme nuevamente.
Chapetas:
Corcholatas aplanadas que se perforan en el centro y se introducen en un
alambre para elaborar una sonaja que sirve para acompañar los cantos en décimas
de una tradición decembrina en Veracruz que se llama La rama: (“Naranjas
y limas, limas y limones/ mas linda es la reina de todas las flores…”)
Un vórtice de emociones vividas y recuerdos que encubren ausencias y soledades. Evocador... Fuerte. Besos, Moyeto.
ResponderEliminar