jueves, 16 de junio de 2011

La trampa


Yo te elijo,
con la crueldad del labio
que se cree palabra
-pero nada dice-,
y me hago tinta lunar
para que me escribas tu versos
en los alrededores impuros de mi deseo...  Elegido.- María Laura


La mente elabora trampas silenciosas
a los días inmersos en el mar de la rutina
los hace naufragar en sitios que rescata
de un universo complejo de palabras

Los deseos se transforman en dibujos
que se plasman en el papel de arroz
y la palabra es el principio y fin

Porque cuando dibujas una palabra
describes el paisaje donde se encuentra
incrustada
y es la piedra,
la arena,
El agua que se escurre
por las faldas
de la montaña
y fluye
hacia
un arroyuelo de metáforas

es el color tornasolado de las hojas
en un tiempo que el otoño hace infinito.

Pero también le das un pronombre diferente
elaboras crucigramas por tu cuerpo
como un manojo de huesos sin forma
y en cada respuesta se pueblan de la carne
que hace falta para dibujar el beso
o ese roce silencioso de los muslos
y el contorno de tus labios.

En las cuencas que esperan tu mirada
hay una palabra que se llena de luz
para que que tus ojos miren
hacia un lugar que aún no existe
y con callada artesanía has inventado.

Has deshecho el mundo en un pedazo de papel
y en una pantalla de electrones
construyes tus preguntas
con los versos que esculpen los deseos
en el sentimiento de la ausencia
ese contante invento de inventarte
en la radiografía de tu carne
y de tus besos
despoblarte de geografías que se repiten
por todos los huesos de tu alma,
descubrirte entre los fantasmas de tu cuerpo;

tus pies se han descalzado del milagro
desnudos buscan cobijo en la espalda
que en ocasiones el verso le construye alas
y eres un ángel sexual y trashumante
en un periplo de silencios laberínticos
La palabra es un festín de encuentros
entre los dedos de una mano sin cuerpo
que en su lectura ciega llena el espacio de tus besos
dibuja la promesa del encuentro en otro verso
le regala pistas al interlocutor imaginario
deseas que sea el otro, el que no existe
el que provoca rebelarte de tu instinto
el que encarna de sueños tu esqueleto
el tiempo,
tu silencio,
tu accidente
el mundo detenido en un acento;
mueles el tiempo al quedarte detenida
en algún escondite de tus sueños
solo el verdugo de tu silencio,
el verso
y entonces
el beso,
el encuentro
el amor entre dos seres
sin cuerpo
se transforma en país de desahuciados
un paraíso
cuando el lector de tus deseos
resuelve crucigramas por tu piel
y puebla de criaturas sin tiempo,
a un bosque de esperanzas,
una metáfora
la imagen de una Eva sin manzana
a una nación de verbos sin espejos

y nuevamente tu cuerpo
es un universo de palabras
los doscientos seis inquilinos que te habitan
se trasladan de un punto común
y rutinario
a otros puntos que son imaginarios
ciudades que no han sido conquistadas
o poblaciones de almas en pena
aliadas de la magia
ayudantes del hechizo
para atrapar Odiseos,
Jasones,
Teseos,
descubrir al dios que hay dentro del cisne,
romper el mito de que el mito existe
y refrendar al cuerpo inventado por tus versos
Eros vencido por un Tanatos victorioso
en la batalla de la muerte con tus versos
la imagen misma,
el esqueleto,
la calavera
como contraparte del espejo
mujer sin banderas cuando escribes versos
hechicera que vuelas en el oscuro cielo
del deseo
que ha sido trastocado por el verso
en un país imaginario
donde quedé atrapado.