jueves, 25 de septiembre de 2014

Incesante (sobre un cuadro de Leticia Herrera)


Poema amarillo Leticia Herrera




Cae un pedazo de cielo sobre la arena,
como una gota de agua se diluye por su piel.

Descansan los gatos bajo el caluroso tapete de la noche

Por los caminos del vacío,
se escucha el sonido de un rayo lunar
y la incesante sonaja de la nada
que el brujo agita sin parar.

Entre las horas, infinitos relojes
que recurrentes mojan el tiempo.

Se respira el olor de un camposanto perdido
entre los sueños de los pájaros.

Una insólita petición del personaje de otra historia
me sorprende, cuando contemplo la metáfora
en su profundo silencio...

El espejo gritó una vez más
Mientras el universo se deslizó en su reflejo.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Crying


                                                    Detalle de "crying" Leticia Herrera



Allí, 
donde la lágrima de una mariposa
quedó atrapada en la resina
y una paloma suspendida en el aire
espera el retorno de la primera sonrisa,
tu y yo volvemos a encontrarnos
muy cerca del adiós definitivo
cuando el cielo no deja de llorarme
por ese lugar que siempre se estaciona
en medio de un torbellino de sueños
que quieren soñar siempre contigo.


MHG septiembre 2014

viernes, 5 de septiembre de 2014

Retablo

                                     de: www.pitonizza.com

a Luciana


Quiero pintar con las palabras un cuadro,
que plasme los colores de la tarde
con el viento que mece a las palmeras,
la brisa que el mar nos proporciona,
el aroma del café recién tostado,
el sonido de mis pasos en la acera,
el color del framboyán y los narcisos.

Todo este trance de dolor atravesado
al aceptar que el tiempo que se me ha dado
tiene el sentir de la soberbia,
las horas que han transcurrido,
ese concepto dual sin su contexto
al describir la curvatura de la elipse
recorrida por  todos estos años,
hasta llegar de nuevo
y desgraciadamente al mismo punto,
a ese lugar que mi corazón
no pudo aprehender en su periplo.

Quiero pintar un cuadro con palabras
de todos estos escenarios
que pasan por mi mente
mientras camino a casa,
con esta sensación de crisantemos,
dibujar una catedral con el silencio
y la risa de los pájaros,
con sabor a tierra,
a mar,
a viento,
a sol,
a la sonrisa de mi hija
y la esperanza en el retablo de palomas.

Terminar el cuadro con los colores del perdón
para todo ser vivo  que he llegado a lastimar
o podido herir con mis acciones.

Y en ese sonido imperceptible
de un reloj de arena
con un número infinito
construir  mi epitafio
encerrado en esta tarde de verano
en alguna parte del cuadro
y perdonarme,
perdonarme,
tan solo perdonarme.
 

lunes, 1 de septiembre de 2014

“21 de Marzo”





I
Crápulas infernarias del abismo
revelantes criaturas de mi sueño
espectros sonoros apoderándose
de cualquier recuerdo emergente
barcas de Caronte depositan
su carga al otro extremo
del lago.

Pirro y Roma devastada
torturan mi conciencia
multitud de voces encontradas
en un punto que no es Grecia

Larga lluvia de palabras amenazantes
formas sinuosas, atractivas
profundos y anteriores senos
ahora mesetas sin alma
montes depredados por las cabras
un lento caminar hacia el patíbulo
condenado desde antes de la noche
sin astros o pájaros de fuego
luna ausente de los treinta días
plenilunio sonriente
al fondo del abismo
soledad aterradora 
con verdades detenidas
días de fiesta para todos
al acecho de la presa

Venus espirálico se acerca
estrecha el día en mil noches
la verdad sin ley
la verdad sin brujos
o verdugos
la verdad enmascarada
se transforma en Baco
risas catárticas
crisis amenazantes
danzas continentales
y alguna ley del intercambio
hecha moneda en el mercado.

II
Precio y valor regresan al mismo punto 
divergente entre la ofertay la demanda.
El mercado resiste ante la música
andina y el cholo fronterizo
los hijos de Kanek analfabetas
y el culpable en medio de las
nuevas formas de existencia
visionarias, futuristas
condenadas al siglo diecinueve
ayer la academia se buscaba
entre sombreros y huipiles
rebozos y mezclillas
largas caminatas citadinas
en que la concentración
no derramaba su piel de cabra
degradante
a los insectos de dos piernas
desesperados del asbesto y los buldózer
hacinados en el espacio muerto,
desheredados del tiempo,
verdaderos profesores de la historia.

III
Qué lejos estoy donde me encuentro
qué lejos camino dentro de mi mismo
doce modestos entre tantos muertos
doce rostros
doce máscaras cada vez más profundas
que la última
doce verdades desnudas
treinta fantasmas deambulando doce veces
largo infierno al encuentro de la Musa
cavando doce hoyos más profundos
largas paredes que el abismo crea
más altas que la cárcel más segura
y en un soplo de ángel se derrumban
en pelea codo a codo con los muertos
treinta veces más alejado de los vivos
el primer retorno después del primer grito
el abandono, el saqueo
el reconocimiento de ellos
en un país de muertos quizá

El aire enrarecido por tu ausencia
la posibilidad de un milagro
el dolor prolongado en doce noches
largas al principio
la herencia de Pablo y Salomón
la penitencia
el despertar aterrado con los ojos
fuertemente cerrados

Me encuentro solo, me espanta
me da miedo
solo
la ley de la forma con el fondo
no perdonan
el equilibrio es falso
la conjunción del planeta solitario
navega entre asteroides
la gravedad estalla en mil pedazos
sin masa
la fuerza escapa enloquecida
acelerada en un instante
el trasfondo total y convergente

Puntos y puntos que provocan partos
de dolor y gritos
el silencio olvida rápido

una verdad más fuerte
que las máscaras
asesina  la ciencia
(y a la magia)
la historia de repente se desnuda
sólo hay gris inmenso
en este país imaginario
y doloroso
con geografías habitadas por otros
moradores que aún persisten en nombrarse
pronunciarse sigilosamente
en la traición de la ausencia
la debilidad del cerebro
el poder disfrazado 
con máquinas perfectas.

IV
El primer capítulo del libro
fue mirarlo todo
matar a Dios y resucitarlo
ver calendarios
escuchar juicios y condenas
revisar patíbulos
esconder la cara de vergüenza;
mientras la máquina corría,
el erotismo proyectado
atraviesa infiernos
paraísos,
jugaba a las cartas escondidas
el sentimiento oculto entre palabras
la anónima energía,
la forma al fin se divorciaba
del abismo,
la verdad se disfrazaba
entre las bibliotecas,
lecturas, caminatas de antesala,
juegos inocentes al extremo del infierno
escritos por la ausencia del culpable,
el asesino, el grito del condenado
a muerte veintiocho días antes,
un mes de abril sin flores ni combates
mi profundo dolor en el costado
el suicido aceptado
la verdad a medias
la mente agresivamente quieta
y un silencio de piedras que gritaban
con la furia del arbusto oculto por los árboles.

Aleteos de pájaros sin ramas

Es cierto, el mundo se ha podrido
dentro de un cuarto,
la vigilia y las horas
son momentos  condenados a la espera
de un mes de mayo mágico
rescatado por pequeños asteroides
de consciencia
depositan lágrimas de olvido
ventanas abiertas a la escucha
de guijarros despertados por los grillos
recuperar el respiro
el habla
junio pasó entre eclipses de verdades
veladas por un sol nuevo
un sol sin manchas
un nuevo día oculto hace dos meses
entre ciudades desiertas
largas caminatas por la magia
el reencuentro con la mística
un abandono repetido
y el pozo disfrazado de montaña;
mascaras, disfraces, luchas,
pájaros odiándose entre soles
estrellas muertas,
recuerdos próximos
días lejanos extraños,
la moneda al aire
y Julio César recordándome la historia,
tres naves oxidadas por el fuego
trescientos hombres destruyendo imperios
la trampa sutil de la leyenda
una Malinche en pena
por las calles de Oaxaca
de nuevo el juego
entre los hombres y los dioses
de nuevo el amor como leyenda
de nuevo la fe, el barro
cociéndose en el agua
Don Quijote abandonando a Sancho Panza,
de nuevo tú
flor y verdad con una misma cara
metamorfosis de ranas  y princesas

No hay lágrimas, 
sólo orificios
por donde nadie escapa,
sólo fantasmas a las diez de la mañana
sólo palabras malgastadas por la cal,
columpios detenidos en el suelo,
aplausos con una sola mano
cientos de ruidos atrapados por la nada,
un universo repetido cada noche,
Augusto el César durmiendo en las cantinas
heredando al criollo su vergüenza,
visitado por algún amigo extraño
en su auto exilio.

Será cierto que aquí no pasa nada?