El
caminar será un misterio
no pude
morir antes de nacer
después
de todo lo vivido,
que el
sueño continúe su delirio.
Tiempo
en el hueco de su mano maestra
yo en
el vértigo del ser
tratando
de resurgir de la horas
para
renacer de la nada.
I
En
la palma de tu mano
que
me ofreces
para
albergar el tiempo,
en
las horas renacidas
que
resurgen del silencio,
en
la estela de estrellas
que
la palabra te dejó como un soplo,
en
el poder manifiesto de una mirada
que
se ha perdido en el vacío
en
ese instante
que
la distancia entre ambos,
parece
rescatarnos
para
no quedarnos ciegos
por
la rutina aplastante
de
los lugares repetidos y comunes,
es
verdadero lo que esconde el tiempo.
II
Los
sacerdotes del silencio despertaron
en
la voz suplicante del maestro,
aquel
que fue bautizado en la poesía
entre
vientos que borraban sus preguntas
y
allá en el tiempo exacto del conjuro
el
corazón pudo ver con los ojos
pasmados de la nada.
pasmados de la nada.
Hoy,
en esta madrugada de conciertos
Cuando
todo el mundo duerme
acariciado
por los sueños,
La
historia se construye
en
una sinfonía de voces
suavizadas
con la tersura
de tu mirada
de tu mirada
para
el desconcierto
de los ciegos.
de los ciegos.
El
canto dulce del señor,
como
un lamento,
una
caricia,
regresa
a mi de nuevo
para
quedarme en el recuerdo,
cuando
las flores invisibles del amor
brotaban
del silencio,
llenándome
de asombro repentino
al
no saber de cierto que ya estaba muerto.
III
Antes
de que el viaje de las horas
en
el trayecto del sueño
se
fuera apoderando de su sangre
y
sus quebrantos.
Antes
de sentir la nada
en
el hueco de tu mano
y
con una palabra en el centro del vértigo
renacieras
nuevamente con su soplo.
Tras
de ti, detrás de tu mirada,
que
es repetida en el espacio
y
en otros rostros que dejaron
su
huella de amor y pertenencias
en
intentos de equilibrio mágico,
la
memoria se sacude la nostalgia
con
los ojos internos,
el
retorno a lo que fue diferente,
sentirnos
vivos en la presencia
compartida
con el otro,
diálogo
del jardín perenne
de
la multitud sin nombre,
oraciones
a la ausencia
de
un corazón dividido.
En
ese cuarto solitario
que
la soledad los compartía,
se
reunían las voces descubiertas
por
el brujo para leer poesía;
en
esa sinfonía de soledades,
almas
inquietas y a la deriva
compraban
un pedazo de cielo
para
sembrar verdades
al
destino injusto de los hombres,
y
abrir sus pulmones
para
cantar el himno hacia la vida.
IV
Mi
tiempo ya es tu tiempo
hemos
navegado en el silencio,
guardado
las partes rescatables
construido
con metáforas la espera,
saber
que existías en alguna parte,
no
tener un templo para conjurarte
o
para rezar y pedir que regresaras,
solo
el pensamiento mismo del intento
la
fuerza de ese hueco de tiempo
que
no se llenaba con los otros tiempos
o
lo que nosotros ya sabíamos,
que
en alguna parte de este mar profundo
que
algunos llamamos universo
y
en un disfraz de rostros y de cuerpos
procesiones
largas de vidas en espera
fantasmas
en línea y al lado del cortejo,
tierra
sobre tierra para nosotros muertos
partos
de luz para nosotros renacidos
y
vueltos a nacer en otros
y dar amor para los otros
que
callados nos amaban
en
el sueño intermitente de nosotros.
Estás
ahí,
casi
te encuentro,
espérame,
no
se quien eres y te siento,
no
se por qué sin conocerte
ni
saber nunca de ti
te
necesito.
Del poemario: Ishtar, el encuentro. 2009
Del poemario: Ishtar, el encuentro. 2009
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