sábado, 11 de mayo de 2013

MAR...






                                                                       Arbol poema incubándose milagroso
                                                                      deberías verme bajo su silencio amado
                                                                      respirando su oxigeno vida
                                                      Ataviándome, renaciendo desde el verbo… (ACZ)



Emergiste del silencio con el pretexto del poema,            
con escenarios idénticos de azul líquido
se cruzaron suspiros de septiembre
discurso de letras entre  trinos de pájaros

En un diálogo perfecto de dos almas solitarias
encontramos la necesidad de resolvernos
en una travesía mas allá del cuerpo y del deseo,
accidentes del destino fueron rebasados

El reloj sin manecillas se detuvo
en un tal vez sin tiempo del espejo
se transformó en  nave que viajamos
y así nos olvidamos de dos mundos paralelos.

Un viento frágil desplazaba la barca al infinito
el sol dorado y mágico quería detenernos
mas fue imposible, un punto inolvidable
era el atractor de nuestros sueños.

Y así surgió un canto que no era de la vida
pero tampoco fue el coro de la muerte
quien nos acompañó en ese periplo
en que inventamos un cronos distinto.

Con pedazos que armamos del pasado
y un futuro que robamos por instantes
el presente era el vaivén de los silencios
la estación repentina del descanso etéreo.

Un árbol susurraba nuestros nombres,
con un lenguaje al principio incomprensible
fuimos bautizados en la palma de tu mano
bebimos  en ella la  escencia luminosa

Fuimos tierra y cielo en que la flor nacía
pájaros renacidos en la profundidad del alma
sendero de sombras donde la luz nos guiaba
hamaca suspendida en los retenes del vacío.

Así nos percatamos del concepto de la nada
y el verbo fue encarnado en un dialogo mudo
quien eras tú te preguntabas en medio del marasmo,
del placer profundo en un milagro sin ángeles

Quien era yo que cambiaba la noche inmensa
por mañanas coloridas de gaviotas y pájaros
de caudales en dos corrientes amorosas
sensaciones agridulces para soportar el día. 

En el viaje  por  amargos desconciertos
y canto de sirenas que nos invocaron,
por más que fui amarrado al mástil de tus sueños,
fui sorprendido sin haberme dado cuenta.

ahora estoy solo, sin esa parte que es mía
necesidad del alma de hallarse descubierto
que no puedo llenar con horas falsas
en la espera solitaria del recuerdo.


Del poemario: Ishtar, el encuentro. 2009

1 comentario:

GRACIAS POR TU COMENTARIO