Errantes vagabundos de la palabra
buscando el verbo contenido
en el vientre de la nada. MHG
Tus
palabras me buscan, me encuentran, me acarician
y
en algunas ocasiones se detienen en mi alma
casi
siempre me cobijan en las noches de fría soledad
me
visten, me bañan y juegan en momentos al rito del amor,
una
respuesta de dulces oraciones en el manto de la noche
ángeles
en guardia protegiendo pensamientos
emisoras
de eventos celestiales en la ausencia de los cuerpos
y
el rito de una muerte presagiando el nacimiento.
Y es que tus palabras son sándalo y copal
sacerdotisas
del ritual que me dan la bienvenida.
Anfitrionas
en el lecho de tus senos
has
grabado en tu torso el trino de los pájaros,
el
discurso de una gaviota sin fronteras
que
me invita al banquete de las viandas de la vida
a
soñar con el ángel de la brisa
y
deslizarme en los plácidos misterios de tus viñas.
Me
regalas el embrujo nuevamente,
con
tu miel me cierras las heridas
de
esos días de sentirme abandonado,
encadenado,
preso
entre
tus labios color beso.
Hay
un árbol frondoso
el
tronco se sostiene en sus raíces
las
ramas zarandean nuestros deseos
y
los pájaros se posan en cada movimiento;
es
un sueño
y
entonces sueño que te beso
con
el agua de mar enredadera
por
tus pies y por tus piernas
y
es un beso de complejos recovecos
pleamar
en el proceso encantado de tus aves
es
entonces que te amo
y
descifro el manuscrito que escribiste por tu cuerpo
y
me lleno por tus poros de palabras
y
tus senos son palabras,
tus
caderas oraciones,
frase
tu espalda me provoca
y
hermosa metáfora tu boca
que
en un cerrar de ojos color tarde,
se
devora mis mañanas
con
paréntesis, comas y suspiros;
beberte
toda
saciar
mi sed de vagabundo de las letras
sin
cadenas,
solo
nosotros,
beber
cada una de las letras
que
dibujan nuestras ansias,
llenándonos
de ambos,
sentir
que somos parte de una misma sinfonía.
Soy navegante en el océano de tu cuerpo,
de
tus profundos ríos como pájaros,
ahogados
en un grito
transformado
en verbo y agua,
trashumante
de nosotros mismos.
Dentro
de ti llueve,
canto
de amor,
pasión
transformada en el silencio
de
tu cuerpo humedecido;
me
hacen el amor todas tus frases
una
por una tus palabras,
leo
en el cuaderno de tu piel
dulce
compañera
con
una claridad de luna llena
y
me sumerjo sin miedo en su misterio.
Apasionado,
inmóvil,
verbo
suspendido en la calma relativa de tu tiempo
el
tiempo sin freno de nosotros
al
ser ambos del otro,
fusionarse
entre las piernas del contrario
entrelazar
nuestros ombligos
y
todos nuestros órganos
al
único cordón de la esperanza
en
un viaje de intenso amor por nuestros cuerpos
desdoblar
nuestras almas de nosotros
en
el éxtasis sin tiempo,
del
viaje sin estelas ni motores
en
una travesía de la nada
por
todas tus palabras
que
en este momento ya no existen,
ni
los nombres que dibujan nuestros nombres,
ni
las historias que dibujan las mentiras;
solo
nosotros sin ser nosotros mismos
nos
perdemos a través de tus palabras,
y
en las palabras nos quedamos
y
en un lecho de palabras que salen de tu boca,
por
todas las partes mas profundas de tu cuerpo
hacemos
el amor en ellas
nos
mojamos de ellas
nos
sentimos como parte indivisible del espejo
al
reflejarnos en los otros,
la
otra parte que nos hace falta
el
tu y el yo sin nombres,
solos
nosotros sin estar entre nosotros
nos
van desnudando lentamente
y
entre ellas penetrar con tus palabras
a
toda tú, sin ser tu ni nosotros.
Entonces
vaciamos los secretos
en
el otro nuevamente,
con
la sabia de la vida y de la muerte
para
que la nada sin tiempo nos proteja.
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