martes, 5 de marzo de 2013

Tus palabras






Errantes vagabundos de la palabra 
buscando el verbo contenido 
en el vientre de la nada. MHG





Tus palabras me buscan, me encuentran, me acarician
y en algunas ocasiones se detienen en mi alma
casi siempre me cobijan en las noches de fría soledad
me visten, me bañan y juegan en momentos al rito del amor,
una respuesta de dulces oraciones en el manto de la noche
ángeles en guardia protegiendo pensamientos
emisoras de eventos celestiales en la ausencia de los cuerpos
y el rito de una muerte presagiando el nacimiento.


Y es que tus palabras son sándalo y copal
sacerdotisas del ritual que me dan la bienvenida.
Anfitrionas en el lecho de tus senos
has grabado en tu torso el trino de los pájaros,
el discurso de una gaviota sin fronteras
que me invita al banquete de las viandas de la vida
a soñar con el ángel de la brisa
y deslizarme en los plácidos misterios de tus viñas.

Me regalas el embrujo nuevamente,
con tu miel me cierras las heridas
de esos días de sentirme abandonado,
encadenado, preso
entre tus labios color beso.
Hay un árbol frondoso
el tronco se sostiene en sus raíces
las ramas zarandean nuestros deseos
y los pájaros se posan en cada movimiento;
es un sueño
y entonces sueño que te beso
con el agua de mar enredadera
por tus pies y por tus piernas
y es un beso de complejos recovecos
pleamar en el proceso encantado de tus aves
es entonces que te amo
y descifro el manuscrito que escribiste por tu cuerpo
y me lleno por tus poros de palabras
y tus senos son palabras,
tus caderas oraciones,
frase tu espalda me provoca
y hermosa metáfora tu boca
que en un cerrar de ojos color tarde,
se devora mis mañanas
con paréntesis, comas y suspiros;
beberte toda
saciar mi sed de vagabundo de las letras
sin cadenas,
solo nosotros,
beber cada una de las letras
que dibujan nuestras ansias,
llenándonos de ambos,
sentir que somos parte de una misma sinfonía.


Soy  navegante en el océano de tu cuerpo,
de tus profundos ríos como pájaros,
ahogados en un grito
transformado en  verbo y agua,
trashumante de nosotros mismos.

Dentro de ti llueve,
canto de amor,
pasión transformada en el silencio
de tu cuerpo humedecido;
me hacen el amor todas tus frases
una por una tus palabras,
leo en el cuaderno de tu piel
dulce compañera
con una claridad de luna llena
y me sumerjo sin miedo en su misterio.

Apasionado, inmóvil,
verbo suspendido en la calma relativa de tu tiempo
el tiempo sin freno de nosotros
al ser ambos del otro,
fusionarse entre las piernas del contrario
entrelazar nuestros ombligos
y todos nuestros órganos
al único cordón de la esperanza
en un viaje de intenso amor por nuestros cuerpos
desdoblar nuestras almas de nosotros
en el éxtasis sin tiempo,
del viaje sin estelas ni motores

en una travesía de la nada
por todas tus palabras
que en este momento ya no existen,
ni los nombres que dibujan nuestros nombres,
ni las historias que dibujan las mentiras;
solo nosotros sin ser nosotros mismos
nos perdemos a través de tus palabras,
y en las palabras nos quedamos
y en un lecho de palabras que salen de tu boca, 
por todas las partes mas profundas de tu cuerpo
hacemos el amor en ellas
nos mojamos de ellas
nos sentimos como parte indivisible del espejo
al reflejarnos en  los otros,
la otra parte que nos hace falta
el tu y el yo sin nombres,
solos nosotros sin estar entre nosotros
nos van desnudando lentamente
y entre ellas penetrar con tus palabras
a toda tú, sin ser tu ni nosotros.

Entonces vaciamos los secretos
en el otro nuevamente,
con la sabia de la vida y  de la muerte
para que la nada sin tiempo nos proteja.

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