miércoles, 13 de marzo de 2013

Morirme en ti





Nada me salva en esta soledad sin cuerpo
de un solitario recorrido hacia el eterno,
sin las  veces que fuimos compañeros,
y en otras partes del devenir del karma,
vivos sin reconocernos,
o  lo que después se nos revela
estando muertos.


Quiero morirme en ti
y así encontrar el infinito, 
morirme siempre  así
pero también  en ti nacer
y verme reflejado en un sueño
sobre otro sueño y otro,
rebosado de un místico placer,
estacionarme en cada poro de tu piel,
y en cada puerta tuya, precipitarme
en este abismo de sabernos juntos.

Y olvidarme de aquellas noches
cuando me desplazaba como un muerto
por haber resucitado en otras vidas
diferentes a las que viví contigo.

¿Pero no es eso la vida cuando te sientes vivo?
¿Un sin fin de asombros?

En  asombro tras asombro
nos hemos convertido
y en  el misterio profanado
te  desdoblas dentro de mi asombro
que le regala un lecho a nuestros sueños.

La certeza de saberte en ellos
se traslada para sentirte  palabra irrefutable
donde puedas dormir conmigo en mi siguiente muerte.

Nada me salva si,
salvo las vidas que morimos juntos.

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