Debajo del poema
hay otro poema. Y otro.
Y entre ellos corren,
-casi enajenadas- las aguas,
sirvientas de la palabra,...
Debajo del poema.
María Laura
Ubérrima, mirífica placenta
donde
se aloja el verbo
en
sus compartimentos lácteos del silencio,
iridiscente
nacimiento en la noche de los tiempos,
discurso
intermitente en el monólogo del verso
dialéctica
con el espejo del instante,
arquitecta
de la nada,
hermana
de la bendita soledad sin nombre,
constructora
de ciudades y murallas,
navegante
de los mares de las sombras
y
viajera de la luz en la cauda de un cometa.
Ángel,
demonio, mujer y diosa.
Melancólica,
fugaz,
mortal
en ocasiones,
taciturna,
maléfica
y divina de un segundo al otro
y
en el otro segundo aparición celeste.
Luna
sin mácula,
Circe
y sirena,
Afrodita,
Perséfone, Atenea al mismo tiempo.
Esa
eres tú, Poesía, mi fiel amante.
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