Difícilmente se requiere más de un día en Gaza para apreciar lo que debe ser
tratar de sobrevivir en la prisión al aire libre más grande del mundo. Noam Chomsky
Amargo como el café mis
pensamientos hacia un pueblo dividido
por la feroz y aterradora
preservación de la impotencia, hostilidad
que se confunde con
defensa de un criterio milenario igualmente
despreciado por tanto
horror que en los tiempos de existencia
han venido pagando el
crimen supuesto de un Dios asesinado
y de igual forma en la
otra parte de la historia, mil masacres
igualmente perpetuadas
hacia el rito de la sangre incomprendida
a los hermanos de un solo
dios en doce tribus paralelas y enemigas.
Abraham no es el culpable
de la herencia arrebatada de un hijo egipcio
ni tampoco los otros doce
hermanos peleando como fieras contra hermanos;
ahora que sigue, me
pregunto, una franja mil veces dividida y fragmentada
muchos vecinos al borde de
la muerte y las lágrimas de sal en sus heridas
otros con miedo
justificando con su voto y su dinero la tranquilidad en vida
al poder pagar la gasolina
y perforar el cielo con el humo de sus fábricas,
los supuestos beneficios
de la ciencia al transformarse en progreso fragmentado.
Solo les dejan a los pobres
la ignorancia, el fanatismo al defender con lunas
y estrellas, la dignidad
robada y la tierra usurpada por los caballeros de la banca.
A los
amantes del dinero engatusar con el becerro de oro a los otros hijos
de Jehová,
Dios y Alá, la trilogía perfecta en un triángulo roto.
Aperturas del miedo en los
vértices del fuego, tierra y arena sin vergel o cedros
es la misma historia de
los hombres que se refleja en un millón de espejos,
tierras abonadas por el
capataz del miedo, asesinos de la indiferencia;
criminales de corbata
realizando fraudes en pirámide y justificando a los chacales,
a la industria de la
guerra para que se den en la madre los desposeídos de la carne;
espirituales reflexiones
de que el mundo está escrito en un libro sagrado
donde Huitzilopochtli parece una paloma blanca
de la paz entre guerreros sanguinarios.
Solo la presión de la
palabra que es fecundada por la nada, y
parida en el silencio
podrá detener en parte a
los señores de la guerra, antes víctimas del odio
de la raza, ahora justicieros de Isaías
e Ismael, hundidos
en una cábala incomprendida, paradojas cuando en otros tiempos
fueron víctimas del miedo.
Es mi pueblo de igual
forma un conjunto de retales sin reflejos en el prisma
de la tierra, indios sin
dioses rescatables, ahora reliquias de museo
para un occidente sin pasado.
Cuatro momentos que, en el
crisol del tiempo, han sido trabajados
en otros continentes, solo en Europa, con
Platón y Cicerón en parte
y con la ciencia, sirvió para matar en masa; como
esquirlas de granada
pulverizando islas y conciencias en el calor del átomo,
liberación
de otras razones que la ciencia ignora y tiene resonancias
en las dunas de Mahoma,
o en los terribles descontentos de otros ignorantes de la luna.
Solo la palabra vomitada
por los pájaros que anuncian la llegada de la muerte
es la que suele
pronunciarse en este desierto de la vida, camposanto de la fe
tierra sepultando la
esperanza y niños mutilados en ambos lados, defendiendo
una porción de paraísos
infernales, donde la miel es el vinagre de los cerdos
y la leche solo es
recuerdo en un lejano edificio enterrado por el polvo.
¿Paz?
La derecha justiciera o la
izquierda vengadora, los ángeles del cielo y del infierno,
los hijos de David y
de Mahoma; los apóstoles, doce siempre como doce meses
tiene el año y en cada
ellos una semana santa y otra del diablo.
¿Hay que borrar el
calendario y comenzar a contar desde el futuro?
mejor dicho:
¿Hay que esperar que la soberbia,
antes pecado capital, se desarrolle más?
Y como borregos
desquiciados hacia el precipicio en el mar del descontento,
nosotros, los seres humanos como especie, nos hayamos
extinguido
y así empezar en serio
como dice la poesía, ¿de la Nada ?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU COMENTARIO