I
Te
quitaste el sostén con la paciencia
de
quien aprendió toda una vida para seducir
y
entonces tus dedos
pasearon
sensualmente por el borde de tus senos,
invitándome
a contemplarlos,
deseando
ser el marinero en un barca
que
se desliza por la playa
donde
las olas acarician tus anhelos
en
el justo momento en que tus hombros
sin
querer son descubiertos.
Ellos
me esperan,
me
invitan a un abordaje sin clemencia
y
me convierto en un amoroso explorador
al
conquistar los territorios y montañas,
colinas
y hondonadas de tu exquisita geografía.
II
Brotando
de la tierra que te procrea
mil
veces anunciada en el rito del amor,
mis
manos, mi boca y mis deseos,
se
transforman en aprendices de tu encanto
un
sortilegio de rituales para enamorarte.
.
Soy el
que suspira y viaja por tu espalda
para liberar
los ángeles del deseo
cuando
desnuda,
sensual,
te
ofreces a los privilegios
dulcemente
con un beso
y
tu beso con mi beso
se
transforma en pájaro,
abeja,
colibrí,
gaviota
y
se posan en las flores
como
una mariposa en tus
pezones,
dos
alas de hermosos coloridos.
III
Hoy
te descubro cubierta de poesía
aunque
sea pleonasmo que circule por tu cuerpo,
mar
embravecido de peces silenciosos
metáfora
de pájaros que anidan en tus senos
la
imagen dibujada por tus muslos,
un
recorrido mágico por el bosque de mis sueños.
Con
el color de mis deseos, desaparezco
en
una encrucijada entre tus piernas,
me
despojo de mis órganos,
de
mis huesos;
me
despueblo de ciudades habitadas
por
los poros de mi piel,
muero
en la bóveda profunda de tu sexo
somos
el verbo conjugado en el silencio,
ahogado
en el líquido vital de tus anhelos.
y
así vuelvo a ser yo, para nacer de nuevo.
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