sábado, 8 de junio de 2013

Intentos cosmogónicos





Dentro de mí y del mundo
dentro de todas las miradas
está latente el cuadro
la imagen que la historia
con un respiro imperceptible
nos relata.

Y sin embargo
también dentro de mí
soy otro
las cadenas del tiempo
de los otros
el reloj invisible de Caín
el reloj de arena
el reloj de sol
el reloj sin segundero de los ángeles
la línea que retoma al electrón
por su pasado
el instante que puede dividirse
(De igual forma existen
el círculo y la rueda
una vieja leyenda de morenos dioses
El peregrinaje histórico de Aztlán
el águila
               la luna
                           y  la serpiente)
El lenguaje aprendido para nombrar los
símbolos
explicar al sueño convertido en piedras
testimonios olvidados por palabras
culturas muertas
poemas de museo
ciencias perdidas en la magia de lo oculto
en los signos cincelados
de la misma piedra
de agua y sol
de noche eterna.

Dentro de mí se encuentran
los nombres
de miles de parejas
varios intentos
de equilibrio mágico
de cuerpos que se atraen
y se repelen
gravedades que estallan con el círculo
tres o cuatro teorías cosmogónicas.

La otra mitad
la otra parte
brota de adentro
y recorre en una década
la trayectoria del cometa
camina sobre si misma
tres culturas
tres astros
tres planetas
que al unirse
la bota del chacal los pisa
para después no ser
el mismo evento
la multitud de un solo hombre
el graznido del pájaro
y la urraca

La otra mitad
sigue escondida
en todos estos tiempos
en todos estos hombres

La otra mitad se refleja
en el vientre abultado
del anémico
en la impotencia
del verbo
del juego

De las calles infinitas
entre tantos circuitos
electrónicos
casas de cartón
y de deshecho.

La otra mitad es el sueño de un viaje
la geografía de un cuerpo
en tres planetas
tres continentes
en una isla que se pierde.


            II

Dentro de mí
hay un reloj que nace
con el mes de octubre
mi historia son diez años
de rabia
de impotencia
que se olvida
cuando en una cama
densa
de imperiosas geografías
me siento tú
el otro
la otra parte de mi sexo
la exploración de mundos reales
el despoblamiento de todos
los tejidos de mi cuerpo

la espiral del humo que te envuelve
te enreda
se ovilla hasta ser
jarrón
                        y flecha
            caracol
                        y noche
            agua
                        y pájaros
una palabra
            un verbo
                        la gravedad
la expansión del universo
la libertad a sorbos
derramada por tu cuerpo
hasta llegar al fuego
para sí viajar en la cauda
de tres mundos
del cometa.


                        III

La noche
habitación de tantos
pensamientos sordos
pared que cubre el deseo
la angustia
parcial momento en que las flores
van gestándose
(reunión de disidentes)
espacio de ficción y de poetas
día de los marginados y las prostitutas
pretexto del alcohólico y del ciego
somníferos y putas caras
para los inconscientes
sueño y olvido del aparato
digestivo del hambriento
sueño de niños como presión al mundo
mi propia ausencia
evocación de ti
nutridora de tardes y silencio
nutridora de ideas y de cuerpos
beso sin labios que dibuja el pensamiento
sueño sin montañas
que en alguna ocasión
fueron tus senos
la noche y tú
sin ser la otra mitad
me desliza suavemente
al mediodía
a esa hora que no es
mujer
ni vino
ni poesía
me regresa a la plaza
de las tres culturas
a un discurso de Marcos
a la lectura de un poema de Neruda
a penar un día
mis fantasmas
mis leyendas
mi felicidad perdida
en la traza del vuelo
el rescate necesario de mi tiempo
el cortejo ancestral de aquellos
rostros cubiertos del primer hombre
como si fuera el último
como si fuera una Odisea
tras una Ilíada
y otra
y otra
y otra
el mismo Ulises perdido
en cada uno de ellos

Penélope ofreciéndose
cómo una sola Eva
a un solo hombre.

                        IV

Cosas
llanto de objetos
canción de zombis
alegorías de sueños instantáneos
cumplimiento necesario
para ser en este tiempo
una parte necesaria
del engrane
aceptación de astros
y de templos
de cifras estadísticas
de hoyos negros

puntos aislados
de equilibrio y magia
vestido de libros
palabras regadas
en mi cama
caídos sin querer
hacia otras gravedades
diferentes

objetos                                    palabras
             libros

hojas de árbol
                        simuladas
                                      caen
hacia una masa más grande
que el recuerdo
el vacío
la soledad

El mismo otoño
en este continente
casi muerto
no es el mismo
sólo el refugio
de una larga noche
un instante
en miles de relojes
aún
            el espirálico
                                   de luna llena
que es vientre
y plaza

canasta de mujer.

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