martes, 15 de enero de 2013

Desencuentro





Quería encontrarte
después de discusiones pírricas,
enfrentamientos de dolor
después de que no se pudo resolver la solución
del amor que volaba en una mariposa,
en un pájaro
o un ave nocturna,
en medio de ese pliegue de tus muslos vírgenes
no tan vírgenes (¿importa acaso?)
al unísono eco de lamentos que no entiendo
ante la explicación racional de que no me amas
y ante la sensación de querer tenerte entre mis brazos...

Dormida estás, fecundada entre palabras
y hormigas que danzan en tu cuerpo
solo tus piernas que prometen un día distinto
amaneceres descubiertos por la sombra del mensaje
oculto entre tu seno, desperdiciado amor sin postulados
al fin amor sin ser, esencia de nadie, de ninguno
al fin un ser indiferente que piensa en una compañía
solo el placer de la necesidad de reafirmarse en uno mismo
ante el espejo, somos dos los que enfrentamos un destino
sin embargo no hay nadie aparte de nosotros
la oquedad del silencio
la nada misma repitiendo una mentira
ni tu ni yo enfrente de nosotros
no hay nadie que nos salve
solo el juego del decir las cosas sin querer
“quería que me ayudaras solamente”
“no sabía que nos íbamos a tardar en la taberna de las confesiones”
el día pasó sin huellas cuando no te vi ni pudimos resolver la tarde
hoy no es ayer y no quise que te fueras
no importa, solamente es el contacto de dos amigos que se encuentran
pero tampoco es la necesidad de sentirse acompañado
cuando una soledad de camposanto nos envuelve.

Y sin embargo no son dos amigos, ni dos seres solitarios.
Tienes miedo de enfrentar que somos seres encontrados
en ese punto de amor imaginario
seres de amor y luz que viajamos en nuestras propias soledades
y en ellas frente a frente ignoramos hasta que otro día
otro momento de un amor no pronunciado
sigamos en la farsa de sentirnos amigos
necesitados
desahogando el ansia del alma
y que el sexo, tan distante
extinga con palabras su silencio.
Amanece...   

2009

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