jueves, 6 de diciembre de 2012

La estación






En estos días todo parece alinearse en contra mía
a pesar de los colores presagiando su retorno.



Dentro de mí hay una estación abandonada
en medio del desierto, entre un pueblo perdido
y un camposanto donde yacen mis recuerdos.

En una sucesión de claroscuros secos y sedientos,
mi reloj es una espiral de eventos solitarios
que moldean su gestación en el útero del caos.

En el lado invisible de un círculo plateado y líquido,
el reflejo es una imagen de silencios difractados
por mi otro yo
que deambula en una ciudad inexistente.

El infinito,
es la parte recíproca del cero en un teorema muerto,
La metáfora del orden
devorada por la implosión del tiempo,

una larga noche...



Pasajeros


Los sonidos nos confunden
como murmullos en frenesí
el silencio es atrapado en el centro de tu vagina,
en el tropel de desconciertos sexuales
a la espera de lo inevitable

Escribo en automático y respiro tus palabras
las voy tejiendo entre las mías
se amontonan en el blanco líquido
de las sensaciones no resueltas del alma

Emerges de ella entre dos metáforas de luz
la búsqueda de mí es inevitable ya,
me has encontrado entre símbolos binarios,
repeticiones periódicas de la ausencia

Te necesito y sé que es etéreo el deseo
como volátil el pensamiento que te piensa
y humo entre mis manos tus caricias.

Sabemos almas viajeras en la nada
fluimos en ella y nos reconocemos
somos espejos  sin reflejo
el mundo no existe,
el tiempo es detenido en nuestras manos
tus pezones se cubren de mariposas de sereno
la noche es tibia y nos cobija
en ella nos quedamos detenidos;

en un soplo de alientos que se cruzan
nuestros sexos son árbol y puerta
camino entre bosques derretidos
veladoras de llama mística
miradas extraviadas
en la inmensidad del vacío,
pasión pasajera 
nuestro viaje es el destino,
el punto final de nuestra almas

ellos hablan por nosotros
en lenguajes extraños.
Llueve dentro de ti
me transformo en jardinero
cuido la flor que antes protegiste.

Los símbolos se llenan de palabras que no existen
como el lugar en que nos detenemos
te respiro
en un otoño sin verano
solo hay árboles sin ramas,

la semilla es depositada en un balde de sombras
la noche líquida es el lugar en que fecunda
la luz se gesta en esa parte oculta de tu sueño
el ya no está,
desnudos
despojados viajamos,
las palabras nuevamente nos definen
nada y silencio se encuentran
los fantasmas son  gravedades
donde la luz se curva
y dibuja el contorno de tu cuerpo.

Seguimos siendo espejos perdidos en un mar de silencios.

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