El intento es cuando los brujos
convocan,
tras noches de insomnio provocado
y esperando que los astros revelen
sus secretos
la palabra…, la que contiene al
verbo.
Despierto
en el umbral de un sentimiento
carcome
el sueño la mañana desolada
las
ideas requeridas para ubicar el alma
se
suman a las partes silenciosas de la nada
Un
coro de ángeles anuncia la partida del viento
en
esta parte de mi ser escudriñado por los pájaros
solo queda el esqueleto de los peces despojados;
pájaros
y peces abandonan el hogar de las palabras
Se
repite el incesante olor a flor de tumba
el
crisantemo antes rociado por las lágrimas
es
un manojo adormecido de pétalos podridos
hay
soledad sin repetidas letanías de tristezas
Es
recorrido mi ser por tus repentinos caminares
como
si fuera un universo público y gratuito;
fui
el espejo que rescató tu esencia fragmentada
el
intento cosmogónico de tus constantes viajes.
Un
vaso de agua es transformado en energía
cambia
de color, enciende mi mirada, limpia mi cuerpo
vacía
pensamientos pegados a los sueños,
lentamente
el agua transparente se adormece.
Ahora
se que la palabra es un ente desplazado,
un
albatros que anuncia la sorpresa de la vida
el
conjuro que resuelve en parte los misterios
del
eterno tránsito de ese fluir hacia la muerte.
Las
células que construyen los tejidos de mi cuerpo,
son
los puntos suspensivos del instante abandonado
hay
oraciones que conducen a la sangre por mis venas
acentos
inflexivos y párrafos de sal por mis costados.
Es
el cerebro en el que anida la fábrica de espejos
y
se refleja un sentimiento hecho palabra
una
frase en el punto angular de la memoria:
el
orgullo de ser yo, se ve reflejado en el origen.
Y
de esta forma, dentro de las galerías de mi cuerpo
mi
ser se mira constantemente repetido en otros,
los
mismos que dentro de mí se observan
reflejados
en
el infinito cortejo de pronombres
enlazados.
Es
mi cuerpo, mi existencia y todo pensamiento,
un
discurso solitario de palabras y de
símbolos,
versos
líquidos por las arterias, escriben el relato
y
así también ponen el punto final hacia
la muerte,
bañan
en esa sensación de astro con luz propia
las
historias que se han sumado a este viaje sin destino
y
el destino mismo que determina que así fue escrito,
se
escurre del vacío por algún orificio entre dos cuerpos.
El
mundo es comprensible cuando no pensamos
es
un perfecto acontecer en que los ciclos nos definen
nacemos
y morimos y en el transcurso solo vivimos
crecemos
con las palabras de otros y nos reproducimos.
Y
así volvemos a nacer con el destino de los otros
tenemos
que ser igual a ellos o en otros casos
resignarnos
que así tiene que ser el mundo de nosotros
y
entonces jugamos a ser reyes del instante por instantes.
Construimos,
el cielo, la tierra, el paraíso y en ocasiones
es
con la nada lo que alguna vez con terror
nos enfrentamos,
algunos
se percatan y visten a la nada de sueños fantasiosos,
otros
se enfrentan sin temor al símbolo, y así nace el Intento.
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