...y estas ganas
irrefutables
de ser sangre, de ser
hueso,
poema, vientre, agua y
fruto.
Y luego callada tierra,
pero a tu nombre atada
y bajo tu sombra,
siglos.
M. L.
Es esta nueva realidad, distinta
que acepta venir sin ser llamada
donde antes fuimos un mundo solitario
y todo se confabuló para el reencuentro
en este confín de vacíos qué, entre
reflejos
regresa a nuestros cuerpos la imagen del
otro
como presencia de lo que hace la poesía
y me entregas el don que recibiste…
Estoy desnudo frente a ti sin ataduras
tu eres mi escudo y yo quien lo protege,
como ese espejo de rostros diferentes
en el pasillo donde las palabras nacen.
Siento esa paz de ser contigo
cuando con ella traspasas la red de cristal,
asidos de la nada escribimos la palabra
que nació desnuda de significados,
se vuelca
sonriente, traza el discurso
de las almas sin
cuerpo, despojadas
deletrea un
reencuentro anticipado:
tu esencia en mi, cien veces divulgada.
Envolviéndome en tu manto de susurros;
los dos no somos sin ser ambos del otro
en un sorbo de vida con la vida
y un soplo de muerte en el camino.
Recorrer sin miedo el trazo etéreo
quedar pasmados, detenidos,
mientras su aura infinita nos envuelve
deseando ser de nuevo lo que fuimos.
Por que es cierto que tu y yo nos
descubrimos
escalando por los precipicios del olvido
sin retroceder ante los mundos
que en otros universos hemos dejado.
se vive tal cual nace
nos retroalimentamos de futuro.
nos pensamos y sabemos postulado
para no devolvernos a las sombras
y hemos vuelvo a crear,
pero atrás de la creación somos ausencia
engendramos al misterio
y compartimos lo que en otras ocasiones
perdidos estuvimos sin poder crecer;
estar juntos nuevamente, es un decreto.
He vuelto a nacer en tu regazo...
comparto tus latidos,
lleno de ti, una vez mas me siento tuyo
se da la hora y el ritmo de ambos al unísono
somos el mismo pensamiento,
un solo verbo donde nos habitamos.
Eres mi destino, resplandeces
trastocas de luz mis ansias reprimidas
y liberas con tu luz las cadenas que nos
atan
y me sorprende la existencia y me pregunto:
¿Que es esto que siento por ti si no es la
muerte,
la vida misma, el cielo,
el paraíso que viviste,
dejar un mundo de sombras y tenerte?
Luz, estrella, alma compartida, siamesa,
Hermana, amante, compañera en el viaje
de esta sensación sin nombre
que no podemos pronunciar.
Entre mis sueños viajas cuando estoy
dormido
tu me igualas en entendimiento etéreo
y me cobijan tus sueños cuando estoy despierto
en este caminar errabundo sin destino.
Ahora se hizo el camino del encuentro
en esa forma del Intento por ambos
descubierto.
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