viernes, 4 de octubre de 2013

Solamente nosotros




I

Estamos solos y en esa soledad nos acompañan
las otras soledades de nosotros y es cierto,
es la noche quien ronda por mi cuerpo
o transita por las venas en momentos.

Es solo un tiempo de ausencias y dolores
que se hace eterno en el instante de los días
en este calendario donde es una lluvia sin plegaria,
un olvido temporal por mis arterias.
No obstante, alma mía, mi aurora,
mi cielo cubierto de pájaros y bocas
que son las bocas tuyas
no permitieron asomarse ni al alba ni a la noche,
solo el impase de un cronómetro distinto,
mi vida, este cielo, mis muertes y mis días,
mi silencio empañado por espejos vacilantes
son todos tuyos como tuyos los minutos y segundos
donde el amor, mi corazón pegado al tuyo y mis sueños
refugiados en algún rincón de mi cerebro,
en espera que el torrente sanguíneo los llevara
hacia un lugar de este continente que creamos…
también son tuyos y no forman parte del olvido
ni del alba ni el ocaso por estos días de muerte
y de muertos en este país de soledades
y estadísticas de Hades y Perséfone.
Estoy aquí de nuevo rodeado de silencios
estamos solos, es cierto, distantes y lejanos
pero no puedo despertar si no he dormido
y fue el conjuro de tus versos, la luna,
los que me regresaron de este exilio voluntario.

II


Desde tu esencia, tu ser sin nombre, 
desde lo más profundo de tus labios
hasta tus huesos, leo tu decreto
en ese país de nubes púrpuras,
por los ríos donde fluyen las palabras,
rojas como el pronombre que te señala
pegado a otros nombres que me bautizaron
cuando nos enfrentaron a una cofradía
de espejos donde la nada se hizo añicos
en este diálogo sin sueños,
sin cuerpos,
sin historias,
en esa colisión en que la soledad se pulveriza
cuando se encuentra en tu lejana y diferente patria,
ese yo tan tuyo en un territorio sin banderas
donde llueven catedrales y plegarias
por otros silencios que habitan en tu cuerpo
y esperan el milagro con el ritual de tu boca,
(peregrinar de pájaros y beso sin pronombres),
que pronuncie mi nombre, bautice mis ausencias
en este otro territorio desterrado
y pueble con tu lengua mis vacíos
y me lleven por tus sílabas a otros tiempos
donde el tiempo no exista,
en esa región que te pronuncia
y te hace indefinidamente mía
con la única palabra que sale de mi boca,
con el tuyo eterno de mis finales lunas
en que los dos, al fin,
desnudos
de huesos y poesía,
de muerte y vida,
sin tus mundos
ni los míos,
sin fechas ni santuarios,
seamos solamente de nosotros.




2 comentarios:

  1. Como extrañaba tu poética Modesto, hacía mucho tiempo que no leía tus silencios, tus ausencias y lejanías. Esta suerte de lírica nostalgia que se deja sentir. Un abrazo amigo.

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    1. Beatriz, amiga querida, gracias por estar aquí, recreas el poema, Abrazos

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