miércoles, 9 de octubre de 2013

Corazón imaginario






He comprado flores para mi casa
porque es una forma de tenerte,
de saber que su aroma y sus colores
llenan mis sentidos por tu ausencia
y me recuerdan que estás siempre
(aunque el adverbio no te guste),
tocas  a ese corazón imaginario,
la parte profunda de mi esencia
donde los símbolos se enredan
en un diagrama de venas y de ideas,
de sentimientos líquidos y cálidos
con un te quiero pronunciado
entre tus labios húmedos y rojos
que recorrió por mis arterias
hasta llegar a ese mágico recinto
donde se alberga el sentimiento.

Como quisiera sostenerlo…
ahora que me atrapan otros símbolos
abstractos y numéricos,
que me alejan mas de ti y del deseo
como un sueño sin pájaros ni trinos,
en esta soledad que me aprisiona
con los barrotes de silencios mudos,
que repiten  el olvido y el recuerdo
cuando construíamos versos tras versos
que dibujaban con  metáforas un beso
y  se despertaban  nuestros cuerpos
de un viaje permanente donde otro sueño
era una constante migración de pájaros,
el destino dividido en dos sentidos
y nuestros corazones manantiales,
el alado imaginario  y el reposo.

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