I
Se yerguen victoriosas las sombras a destiempo,
entre los terribles vacíos atonantes del silencio
se detiene momentáneamente la espiral del ruido,
la parálisis del sonido es el eco de mis pensamientos
la palabra se decanta en un grito sin vocales
y siento el peso profundo de una
noche sin soles.
II
El cielo me cobija en este silencio obligatorio,
cubre mis pensamientos sin que ellos hablen
con esa parte del alma que me tiene abandonado,
como un fino lamento de órgano de una iglesia
sin santos, ni madres dolorosas o
piadosas,
solo un lamento sin historias de personajes muertos,
solo un lamento sin palabras o estados de ánimo,
quizás la ausencia de aquella noche iluminada
en esa trilogía del verbo con nosotros.
III
Camino sobre un puente inmensamente largo
la neblina es densa y el espíritu del viento
me susurra…
el tiempo, una ilusión que viste el sagrado
pensamiento
en ocasiones es un destello tan veloz como un
relámpago
y en otras ocasiones es una telaraña de
silencios.
IV
En la inmensidad del silencio se genera la palabra
que acaricia mi espíritu en un sin fin de soledades.
V
No estoy lejos de ti, poco nos separa
solo una línea reflejante y trasparente
que la palabra rompe y me acaricia
Y es
transformada en esos signos mágicos
cargados de
energía que me dividen
me hace desdoblarme en ella
y me acaricia y (me)
provoca
ese indescriptible
gozo
cuando encuentro
la razón de ser de
la metáfora
que en su andamiaje
diseñado
esconde el
sentimiento
la identificación,
la respuesta,
la transferencia,
y se cuela con el
signo
y busca su acomodo
en la dialéctica de
espejos
que multiplican con su
imagen,
el significado del
poema,
ese binomio compartido
entre el lector y
el texto:
Tu y Yo
en dos estadios
diferentes.
Felicidades Modesto por este maravilloso poema!. Es un honor que lo hayas acompañado con mi obra. Muchas gracias!
ResponderEliminarEl honor ha sido para mis letras Angeles, un abrazo!
Eliminarhermoso poema y una belleza la imagen que acompaña. Un abrazo amigo.
EliminarAprovecho tu comentario para felicitarte por tu obra Angeles.
EliminarUn abrazo para ti Beatriz, gracias por tu visita
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