jueves, 25 de abril de 2013

Ambigüedad


                            Sacrificios (Foto de Tere Ruiz)  y  desde el  Paradise.- Mi lugar preferido (abril 2013)

Entre el mar y el periférico
sólo hay una avenida de por medio,
dos libros sin hojas
como si fueran árboles
en Otoño,
un florero vacío
la sensación de estar en otra parte
siempre,
borrar el amor
incipiente,
tomarse dos expresos cortados,
escuchar algunas frases fuera de contexto
no querer mirarte a los ojos,
detener el relato por un día

y así pasan sin querer.

Entre el mar y tú,
es como volverse loco por estar en algún sitio
que no sea la espera de las palabras,
de las frases alargadas
de un cuento repetido.

Entre el mar y las avenidas
puede detenerse el tiempo,
recuperar el instante
en el rasgar de una guitarra 
que me recuerda 
el amigo de la infancia,
los juegos entre paredes 
que no baña el sol,
mi última borrachera,
querer rescatarme del pasado,
leer con la cara mojada de los diarios,
pasar las páginas,
estar sentado sin hacer nada,
esperar el silencio,
como si este fuera
a llegar en cualquier momento,
dibujar los pasos 
que se dan en la arena 
y borrarlos después.

Entre el mar y todos,
entre el mar y la nada,
no es el misterio 
el que se asoma
ni las nubes,
ni los pájaros
ni estos momentos.

Entre el mar y el periférico
solo hay un clic,
un cambio de escenarios,
regodeo de las playas sucias
para regocijo de las gaviotas.

Entre el mar y tú
está ese mundo que se fue
desde hace años
en que aún no habías nacido...

2 comentarios:

  1. Conozco y entiendo perfecto esa ambigüedad, que se torna en añoranza y a veces en duda, cuando se ha tomado la decisión de establecerte en uno de ellos, mar o avenidas. Pero cuando contemplas ese vaivén de olas, el horizonte convertido en una línea que encierra mil sueños y aprendes a escuchar el rumor del mar que comparte sus secretos, exacerbando tus sentidos... El mar es el mundo que permanece cuando todo se ha ido. Besos.

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