lunes, 5 de septiembre de 2016

Una Oración





A mi querida amiga y hermana Liza

Hay días en que es muy triste atravesarlos,
quizá porque ese sentimiento de tristeza
no es tan fácil de quitar y se manifiesta
en cada célula, cada vaso conductor
que, en vez de sangre oxigenada solamente,
también lleva en su transporte al corazón,
una carga infinita de dolor.

Las lágrimas en un llanto pincelado
por una mañana que no deseo ver,
llena de sonidos y canciones cromáticas de vida,
la libertad en que los pájaros dialogan,
el gusto por millones de seres
llenos de amor o de esperanza en su trabajo,
de encontrar con ilusión el amor manifestado
en cada una de las cosas que se tienen para ello:
la salud, las ganas de ver crecer a la gente
que depende de uno, compartir la tristeza
y la alegría, la fe por saber que siempre hay algo
que se puede revertir en señales positivas,
la vida misma llena de luz, y a lo lejos las sombras,
la noche que en estos momentos ya no es mágica.

El sentimiento solidario por aquellos que sufren
más en cuerpo y doblemente en alma
por ausencia de alimentos, caricias y morada,
de una paz arrebatada por desastres naturales,
o guerras fraticidas o el robar oportunidades
por parte del poder, a los pobres cada vez mas pobres,
el saber que hay alguien en el mundo que a pesar de todo ello, conserva en su alma la bella flor de una mañana diferente… Posiblemente me consuele, me obligue a salir de mi tristeza
y enfrentar al día de otra forma
Y capotear como siempre mi destino
transformando el presente en cosas buenas,
perdonando a todo el que me ofende
y comprendiendo que el verdadero significado de la vida
es la esencia de lo que late en ella por cada criatura del planeta
Cada gota de agua, o cada lágrima que se vierte
en un cortejo de las letras que con ellas son pegadas
las palabras. La compasión al ver la cara angustiada
del que no tiene un pedazo de pan para el estómago
 y el alma, dos bocas igualmente hambrientas
que no permiten la entrada a paraísos y sin embargo
está de nuevo el canto solidario, el deseo de ayudar,
la caridad, el darse todo por aquellos que sufren
y atraviesan el dolor dos veces infinito al que me aqueja.

Todo este recuento me permite pensar que mi llanto
provocado por tristeza, cuando todo lo tengo
y no me falta nada, es lo que me provoca olvidarme
de mis penas, de mi supuesta indiferencia a la mañana,
y ofrecer una plegaria a los que verdaderamente
no tienen pensamientos por lo que están sintiendo,
que nada tienen, nada sienten, solo el impulso de pedir
a quien lo tiene todo, a la misma humanidad, 
un mendrugo, una caricia, y compartir 
no solamente una plegaria
sino el verdadero desprenderse de las cosas
que superfluas esconden la verdad de lo que realmente
somos: 
seres de luz privilegiados,
que el verdadero sentir de la existencia es dar,
compartir y sobre todo lo que un día R Tagore escribió:
Amar, ... Servir.



MHG 2008

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