sábado, 23 de mayo de 2015

Coexistencias





Las palabras se escondieron entre las piedras y los números,
en las noches premonitorias y debajo de algún verso
pronunciabas algo que ya se había escrito, sorprendiéndonos;
una tras otra las coincidencias se desmoronaron,
hicieron añicos el andamiaje consentido de los axiomas.

Comentabas que en alguna parte se asomaría la razón
para explicarnos el porqué de los eventos que nos aproximaron
hasta converger en el instante mismo que el tiempo dejó de ser,
sin embargo no llegaba, seguíamos esperándola sin resultados.

Comenzaron a emerger ciudades, construcciones tejidas
con el polvo de otras latitudes que entrecruzaban los caminos
 en cada punto en  dos tiempos del mapa , donde nuestros sueños
 se fueron reconociendo en pequeños  atisbos de vigilia,

Solo el misterio poblaba las metrópolis sin parámetros,
Tu  querías bautizarlas con tu nombre, sacerdotisa  de Altaira
Yo, con cada consonante que te descubrió hasta reconocerte.

Enterramos la lógica y la magia en el camino de los espejos
y quedó solamente el  silencio habitándonos  en el infinito.

2 comentarios:

  1. En el imponente encuentro de dos seres el universo confabula y todo tiene un principio sin final... Me encantó tu escrito. Un abrazo

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    1. Muchas gracias por tu lectura y comentario; pasé por tu blog, muy interesante y con calidad, saludos

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