La tarde cae como la lluvia
afuera hay frío y aquí adentro
lamentos de cristal empañado
por la ausencia de los pájaros.
El día es diferente, gris y bello
como una melodía
griega
con ritmo de tango,
el acordeón es melancólico
mi corazón es acariciado por su sonido,
dentro de mí también
llueve
y no hay ventanas
donde se pueda asomar mi rostro,
solo un espejo borroso
que no quiere reflejarme.
Hoy el café me sabe amargo
y sin embargo lo saboreo,
me besa el borde la taza
y yo mojo mis labios
mientras mis pensamientos
se llenan de
silencios
entre una multitud de ausencias.
La tarde languidece,
no estás conmigo…
Que lindo poema Modesto, me gustan las tarde grises, me sumo a esa melancolía y al café de las ausencias. Me gustó amigo.
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