jueves, 11 de junio de 2020

Desamor



Quizá me haga falta volver a tus fotografías 
para recordarte con más intensidad, 
darle cuerpo a este sentimiento 
que provoca 
dolor de corazón, 
de ausencias y nostalgias, 
de espera y desencanto.


Quizá sea una sensación de vacío en mi memoria 
como si estuviera descifrando el enigma de un silencio 
que tiene todo el signo de la indiferencia, 
y un recuerdo vago que no se deja atrapar, 
sin noches iridiscentes o colores de otoño 
entre caminos con sabor a bellota y hojas muertas. 
No hay nada más triste como este reconcomio, 
vorágine de fallidas esperanzas y desencantos. 
Mejor el vuelo interrumpido del Agapornis 
y su inseparable compañera en el borde de su muerte, 
presagiando que el alma tiene fin 
y no viaja hacia otras gravedades.


El desamor es un libro sin capítulos 
con páginas en blanco que tuvieron un final 
al principio de la historia…
Y el tiempo, 
el silencio, 
los espejos, 
los pájaros 
y una ventana, 
convulsionan al vórtice de un verbo 
colapsado en la quietud 
de un universo derrumbándose 
con las imágenes arrasadas 
de una memoria arrinconada.

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