jueves, 30 de julio de 2015

Las palabras amorosas


Después de hacer el amor, las palabras hablan, acarician tu piel, juegan con tus poros, diminutas montañas de placer, escondites de mis besos; se preparan a buscar la entrada de tu espíritu asediado por tus íntimos secretos.


Después de construir contigo el viento, el murmullo de tu alma, el primer beso, los primeros intentos, la lluvia, el poema, la muerte obligatoria, la resurrección, el desconcierto, el azoro; las palabras se estacionan en tu cuerpo, depositan el último combate, el primer verso, su reflejo, repetido en un paisaje líquido de espejos y silencios.

Después de hacer el amor, las palabras tejen tu pensamiento con tu aliento, hilvanan el momento, dibujan la batalla de tu pecho, de tus brazos, de tu espalda, de tus hombros, de tus senos, desde el cielo.

Después de hacer el amor contigo, en ese espacio imaginario entre tu cuello y tus pezones, las palabras encuentran un descanso para después viajar por tu ombligo, por tus muslos, por tus ojos, por tus pies, por tu cabello; entonces las palabras se acomodan en tus codos, en tus piernas, y recorren tus tobillos, tus rodillas; se refugian en tu sexo, acarician tus deseos, liberan tus historias, tus recuerdos, se duermen en tus sueños; se colocan en tus dedos y se esconden por tus manos, por tus cejas, tus pestañas, tu cabello, en tus oídos, por tus brazos, en tus párpados, tus suspiros, tus jadeos, por tus dientes, en tus labios, en tu lengua, por tus gritos.

Después de hacer el amor contigo, después del poema, las palabras amorosas se colocan en tus labios, en tu pudor, en el discurso de tu cuerpo, en la dialéctica, en las conquistas, en los encuentros, los olvidos, las ausencias, en tu mirada, en la sorpresa, en el asombro, en tu misterio.

sábado, 18 de julio de 2015

Crónica de una mañana triste













No dejan de recordarme con sus cantos y graznidos que estoy vivo, que la mañana lluviosa, ahora escampa, no puede estar mas bella   a pesar del humo que sale del mofle de mi carro (los anillos); entro a la villa donde temporalmente resido y perros y gatos me reciben, el espacio cambia la percepción de un tiempo de apremios y rutinas; si ya no estoy, no importa el tiempo, el espacio, los gatos, los pájaros.  el humo,adentro duermen mis vecinos y el postulado quinto de Euclides me espera. mi hija me envía besos desde el salón desconocido donde imparte clases.

Me preparo un café, antes les regalo un pedazo de jamón a los felinos. poco a poco se han abandonado los objetos eléctricos de esta casa, mañana, mientras tanto el sol permanece escondido a la espera de un mejor tiempo la esfera gira lentamente, yo ya no razono como antes y una mujer guapa apenas si me arranca un suspiro, observo mi interior sin prisas, sin espejos, no espero el mediodía o que se prolongue este silencio, soy parte de ellos pienso en angeles, mi amiga escritora y pintora, tengo que hablar con ella. trabajar en un libro de poesía y de imágenes, resolver ecuaciones y fractales, el sonido de un viejo ventilador aleja la estación mas cálida del año, respiro, el reloj se detiene en el punto exacto que se consume el jitomate y el café un pájaro, un cenzontle o un pichón, extiende sus alas sobre la antena, en este ventanal que da a las casas de enfrente, el color rojizo de la tejas y el blanco de sus paredes, de tiempo en tiempo me distraen y pienso.

Afuera el mundo continua su casi eterno deambular y la gente sale a trabajar los criminales y los políticos, tal vez descansen o preparen mas crímenes hay mucha gente deambulando por los basureros de las esquinas, tienen hambre, buscan comida o cosas para vender, solo piensan en ello, no se lamentan otros trabajan con la tristeza de recibir una paga que no alcanzará en la semana, las hormigas le dirán a las cigarras que no ahorraron y son las consecuencias.

Esopo no escribía para los esclavos, Alejandro. el conquistador de Egipto   y Asia, tuvo a Aristóteles como maestro, los hijos de esos nuevos esclavos, tienen mentores que no pueden alcanzar los gastos, dejan pasar el tiempo no enseñan novedades,   no intercambian clases en otras partes del mundo, sus alumnos, en ocasiones sin utensilios,  con su estómago   que piensa por ellos.

Camino por el mar, en una playa que antaño fue el recurso de los pescadores de vez en cuando se asoma una lancha y una red que recoge peces del tercer mundo. En esa parte que me encanta(ba) cuando el maridaje de la sal con el dulce reventaba en las escolleras hasta empacharse, ahora se construye un auditorio.
Mientras tanto, el criminal mas buscado se escapa por segunda ocasión Pemex se pone a la venta y solo el cuñado de un expresidente puede comprar algunos dicen que eso es lo que mejor nos ha pasado; en mundo de preguntas han aprendido a comentar cosas bonitas, como los antiguos mercenarios de la cultura, los sofistas, los doctores en algo alquilándose al mejor postor;
el trabajo está diseñado para que no pueda pensar la gente por temor a irse

En cada momento de la historia de este sufrido lugar de marianos y futbolistas las voces disonantes son calladas o compradas, en varias ocasiones muertas a pesar de logros importantes que solamente las circunstancias fueron ajenas, la esposa de un presidente, por ejemplo, era maestra y eso fue un buen logro, la inercia de una guerra mundial nos compraba mas cosas y a pesar de libros como “Casi el paraíso de Spota o “las batallas en el desierto”, de JE Pacheco donde retrataban a esos nuevos personajes de la historia que prestaban sus nombres por dólares, continuamo alquilados.

El dinero se quedaba aquí, había trabajo, buenas escuelas y los profesores estudiaban.
Antes a un aguerrido cañero  los machetes degollaron sus ideas y sus respuestas, después alegaron que un solo hombre era criminal por pedir aumento de salario
no le permitieron ver el sol, ni escribir, ni hacer el amor por mas de diez años. Algunos compañeros, decenas o cientos fueron masacrados con pretextos infantiles eran comunistas, decía el gobierno, y sus grandes locutores comentaban que el día estaba soleado mientras la sangre no se ha quitado de las baldosas del templo el gobierno se quedó con la producción de la amapola para morfina de los soldados y ahora esa industria no solamente deja dinero (que no vemos), pueblos enteros, en cantidad, han sido borrados del mapa para quedarse con ganancias.

La mañana se ha cocinado, los jitomates esperan desvanecerse en una salsa, Hilbert, Euler y Euclides me esperan, extraño la poesía, esta es mi vida. La crónica de un momento sin hacer nada, de lo que pienso, también se esfuma. 

Algunas amistades comentan que la educación que reciben nuestros niños no es culpa de nadie, sino de la flojera y la idiosincrasia de nuestra gente pero la triste realidad es que son veinte millones, que serán administrados esclavizados, reprimidos, mas adelante por otros dos millones de niños que si estudian y que pueden salir a mágicos lugares, playas menos sucias, a la nieve,… son bilingües, viven en lugares cómodos, se alimentan bien, son cuidados. Es cierto, la gente trabaja de igual modo, como ellos trabajarán y a sus hijos les irá igual o mejor, yo solo pienso en 20 millones de excluidos, de hambrientos, donde tan solo unas decenas o centenas saldrán del túnel y se comportarán igual.

Y pensarán que si ellos pudieron porque los otros no y la historia y la sociología se reducirá a juicios de valor y tautologías, es decir a justificar esta mañana donde aparentemente no pasa nada, todo sigue igual. 

Hablaré con Ángeles, escribiré un poema, resolveré una ecuación y esperaré a la quincena para poder arreglar el auto.



miércoles, 8 de julio de 2015

República del mar









En la república del mar los habitantes han emigrado a otras latitudes,
las gaviotas los cangrejos y los pescadores se fueron de igual forma,
la construcción de piedra ha espantado a las estrellas y los caracoles,
varias cabañas de madera y visitantes sin pasaporte los espantaron.
Los macacos ahora construyen su auditorio para firmar su permanencia
antes el monumento de un presidente muy alto que se quedó muy chico
pero es otra pieza más para borrar una playa que en realidad no existe;
los pescadores se reúnen cada mañana en una casa abandonada
y se consumen lentamente en pláticas de alcohol y mejores tiempos
cuando apenas unos años atrás vivían en perfecta democracia junto al río.

Los antropólogos tomaban notas de ese pequeño y escondido paraíso
que no supimos conservarlo y aunque de forma es bello y colorido
por sus arterias viajan los desperdicios e hicieron  del mar una letrina.

Esta república antaño rica y libre ahora vive en agonía y   prisionera.
Los pájaros se han ido y más adentro del río las culebras, las iguanas
en sus veredas las garzas y otras cantidades de aves ya no pernoctan
Solo nosotros, el  progreso y proyectos urbanos que ganan premios
porque asemejan las casas: hamacas, delfines, bahías, mariposas
“Para que no se olviden”, o porque “somos parte de ellos”, “del ambiente”.

Ahora camino, el mar está tranquilo, el cielo gris amenaza una tormenta
a lo lejos los rayos del sol iluminan un barco que viene o parte a su destino
dos pájaros negros que por aquí llamamos “pichos”  buscan comida
es tiempo de libélulas y alcanzo a ver una escapando de su acoso;
me doy cuenta que no hemos comprendido que nuestra madre muere.
En esta república, igual que otras, algún día cercano también emigraremos.