domingo, 31 de agosto de 2014

Víspera



Me despierta la lluvia,
salgo a caminar, paseo a mi perro.
Tomo un café    negro cargado
sin alma, quemado y tibio,
entre los sorbos y las lecturas
escucho “Los rezos de la tarde” de Chesnokov;
Podría llamarles oraciones vespertinas.

La mañana es gris y tremendamente bella,
canta el cielo y las cornisas
 con un incesante chopeteo...
interrumpo mi  lectura sobre  Eleas y Mileto
al escuchar  las “Vísperas”,
me atrae a contemplarla
con todos mis sentidos me invita
a estar “toda la noche en vigilia”
y  los pájaros sean colmenas de estrellas
y la luna no canse de llorar
y mi café se vuelva gravedad , cometa
que me devore todos mis temores
como un hoyo negro en este universo solitario.

Que el mundo espere, estoy rezando
a la vida, a la mujer y al hombre
sobre todo al hombre por razones obvias
sobre la guerra y la avaricia y las falsas religiones
 cuidando el sueño de mis gatos y mi perro,
agradeciendo esta soledad con el teclado
mientras leo que Pítagoras 
fue asesinado en Metaponto,
cosas que tal vez no importen para muchos
por estos días después de tantas muertes
y desparecidos.

 Pero el café,  la lluvia (ya se detuvo)
y las vísperas,
me hacen recordar que el hombre,
el ser humano mejor dicho,
tiene  miedo de ser como los otros
o entender que los otros
no son como el equivocadamente cree,
por no saber amar
por no haber aprendido a distinguir.

La cruz, la luna y la estrella
son vértices de un triángulo que no ha sido resuelto
por mas que Pitágoras lo haya interpretado
porque  insisto:
los hombres tenemos  miedo de ser como los otros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

GRACIAS POR TU COMENTARIO