Leonora Carrington
Mi corazón es azul cuando te leo
cambia al tornasol cuando te siento
esos colores difractan mi entendimiento
como una avenida en plena noche
las luces amarillas indican el camino
entre la pasión y la esperanza entrelazada
de tus labios rotundos rojos a mi boca.
Es desierto y valle bosque y montaña
lamento callado entre lecturas tu cuerpo
que se borra con un verbo insondable
la historia en un alfabeto que inventaste
con un lenguaje sin traducción ni diccionario
palabras que arrancas de una nada diferente
a lo que es ausencia de ti cuando te leo.
Entonces son otros mis pensamientos
y otras las palabras que construyes con la carne
cuando resucitas los inescrutables verbos
y entre tus huesos viento de tempestades
plantas deshojadas arboles sin dueño
como la tierra donde tus versos nacen
fulgores de mareas y violentos pájaros.
Poema que mi entendimiento no alcanza
ritual de espejos en luna trashumante
amada de Dios y Petrarca el hombre
binomio inalcanzable
relicario de profundos nombres
guardados por un sagrario diferente
donde eres Astarté la Diosa yo tu creyente
En un recinto de voces donde la poesía habita
fuiste gestada con un polvo de luz y de silencios
habitaste entre mi sangre y mi esqueleto
de azul intenso me poblaste hasta nacer de nuevo
en cada respiración en lugar de vida y muerte
una metáfora símbolo desnudo con tu nombre.
Ahora estoy en oración entre tus versos
Con una letanía de sinónimos que te esconden
en un manifiesto de infinitos y silencios
verbos
alfabeto descubierto
relicario construido con tus nombres
polvo y espejos donde la diosa Ishtar
es descubierta y adorada
por este corazón azul cuando te nombro.
