Dentro de lo invisible,
El tormento
Lo demasiado pequeño
Lo improbable una vez más
Lo que acecha en cualquier rincón
El encierro,
Y “sin embargo se mueve”
a la espera de un descuido
para destrozar lo natural
cuando interrumpe la existencia,
quiebra las leyes
y en la paradoja:
Lo insólito,
El despertar.
La sanación del planeta
El regreso al origen.
Interrumpir el caos
recuperar el edén
el equilibrio
la porción de cielo y tierra
para los otros seres vivos.
Cerrar vacíos
los boquetes donde se cuela vida,
mientras tanto,
la esperanza
en este territorio hostil,
la estadística de Hades
el recuento de la vida,
nuevamente el azar condicionado:
Si no te mueves,
Si te aíslas.
Si nos alejamos uno del otro
para poder escapar de lo invisible
Con otra visión dual de lo pequeño
en el silencio empañado
por espejos vacilantes
y lejanos.
Estamos solos,
"las otras soledades de nosotros”
se pulverizan con ese yo tan nuestro
cuando se encuentra en un mundo
sin banderas.
Pero entonces nos da miedo
de ser como los otros,
nos enredamos en una dialéctica de ocasos
que anuncian la otredad,
los huecos insalvables
y el espejo nos inventa
y también como el pan,
se multiplica la parábola
por cientos
por miles de millones
y en cada rostro,
los instantes compartidos,
la contraparte del sueño
y de la vida
y es en este sentimiento
solidario
donde nos vemos en el otro reflejado…
Que real y bello lo que has escrito Un abrazo desde Miami y otro desde mi blog.Nos vemos
ResponderEliminarOtro saludo para ti, muchas gracias por pasar
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