Abril de vez en cuando,
de tarde en tarde
de casi siempre
caminarte en mis pensamientos
rescatar la mañana paso a paso
para que sea diferente
con las mismas palabras
y entretejidos de ellas
de otras veces y otros tiempos
atados a la estación de otoño
pegadas con la lluvia
y desvanecerlas en mi rostro
como una ventana que nos llora.
La brisa, el aire frío, la arena
como presencia de la ausencia
en este pasillo de espejos solitarios
con el exilio en mi costado
como un dolor de preso sin condena
y tres palabras sin tu nombre
y en otras ocasiones solo tu nombre
y una algarabía de silencios
en un festín de verbos
ahora encapsulados
para destaparse en emergencias
como a veces la muerte
o a veces el olvido
los otros silencios atrapados
en este continente de soles desterrados
infértiles arenas
y entre mis manos se escapan
también ellas
quizá para encontrarte
y decirte que estoy vivo
es decir
que muero por morirte
hasta vivir de nuevo
o que te pienso sin ellas
solo ausencia
como ataúd sin cuerpo
porque la muerte también escapa
y en este destierro
te pienso a veces y no me muero
y a veces pienso que también me piensas
y no te mueres
aunque mis manos estén vacías
en un pozo profundo
donde fueron ahogadas las palabras
y no te mueres ni me muero...
Sólo el destierro
Sólo el destierro
y abril de vez en cuando.
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