I
En
medio de un caos normal y lúdico,
el
atractor de la poesía se desdobla
con
los colores invisibles de la noche;
el
poema se diseña con metáforas visuales.
Las
pociones de magia inexpugnable
ahora
son teorías cromáticas del cambio
el
movimiento se representa con el negro
y
las doce dimensiones de las almas.
La
soledad, sensación espacial del sentimiento,
ocupa
las vacancias de un diálogo truncado,
la
reflexión del punto aislado del vacío,
oración
obligada de los tiempos muertos.
Es
la noche de igual forma una ramera,
la
meretriz en la taberna de los brujos,
sinónimo
de magia y divergencia
en
la creación de la palabra y de los símbolos,
cuando
es el poeta, el brujo,
el
que sabe contar con abstracciones
y
desarrolla las ideas de la nada
al
plantear la ecuación de la existencia
y
demostrar con el poema sus teoremas.
II
La
noche, la soledad, las dudas, la inquietud,
esta
desazón que inquieta el alma
y
las mitades de seres que en etapas nos definen,
la
mitad de ser sin mí,
sin
ser de nadie,
la
mitad de esa parte que somos nosotros,
la
mitad de mi vagar sin compañera
la
mitad de mi ración de verdes y naranjas
la
mitad del desamor enfrente del espejo,
la
otra mitad que se refleja y busca
en
otra parte que no es atardecer sublime,
el
sol partido en dos
en
espera al filo de la noche
por
un medio día eterno
en
la otra mitad del infinito
hasta
que en mitades del espíritu se alejan
y
en pedazos de sueños se pegan sus mitades.
III
La
noche y sus otros soles escondidos
más
allá del sol que conocemos.
la
oscuridad,
la
muerte,
el
vacío…
esa
oquedad que a veces siento por el pecho,
el
conjunto de todos sus silencios
y
su pulmón enardecido de mariposas negras
sin
efectos a distancia,
solo
recuerdos por mitades
y
la noche escondida por sus alas.
Suspiros
partidos a la mitad del pensamiento,
el
verso buscado que te encuentra por la noche.
Noche
atormentada y dividida
noche
usurpadora de melancolías propias
noche
de noches sin dormir cuando te pienso
evocadora
noche de mis días
punto
final,
frontera
de la sombras.
cómplice
querida
cuerpo
de mujer desnudo
por
todos mis deseos,
eróticas
noches de vigilia
compañera
amada
odiada
noche.
IV
La
noche
con
su perenne diálogo,
me
trasmite su plácido misterio
en
este lento transcurrir de los eventos
es
sinónimo perfecto de tu sexo;
En
ella muero y amanezco
para
volver a morir en el intento
al
robarle un pedazo de infinito a su misterio
y
renacer en el río de silencios
que
fluyen incesantes por tu cuerpo.
La
noche
Construye
con sus criaturas invisibles
la
sinfonía de sonidos amorosos
al
conjugar con el murmullo de los astros
el
mundo impenetrable de los sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU COMENTARIO