viernes, 6 de enero de 2017

La noche/Nocturnos







I

En medio de un caos normal y lúdico,
el atractor de la poesía se desdobla
con los colores invisibles de la noche;
el poema se diseña con metáforas visuales.

Las pociones de magia inexpugnable
ahora son teorías cromáticas del cambio
el movimiento se representa con el negro
y las doce dimensiones de las almas.


La soledad, sensación espacial del sentimiento,
ocupa las vacancias de un diálogo truncado,
la reflexión del punto aislado del  vacío,
oración obligada de los tiempos muertos.

 
Es la noche de igual forma una ramera,
la meretriz en la taberna de los brujos,
sinónimo de magia y  divergencia
en la creación de la palabra y de los símbolos,
cuando es el poeta, el brujo,
el que sabe contar con abstracciones
y desarrolla las ideas de la nada
al plantear  la ecuación de la existencia
y demostrar con el poema  sus teoremas.

II

La noche, la soledad, las dudas, la inquietud,
esta desazón que inquieta el alma
y las mitades de seres que en etapas nos definen,
la mitad de ser sin  mí,
sin ser de nadie,
la mitad de esa parte que somos nosotros,
la mitad de mi vagar sin compañera
la mitad de mi ración de verdes y naranjas
la mitad del desamor enfrente del espejo,
la otra mitad que se refleja y busca
en otra parte que no es atardecer sublime,
el sol partido en dos
en espera al filo de la noche
por un medio día eterno
en la otra mitad del infinito
hasta que en mitades del espíritu se alejan
y en pedazos de sueños se pegan sus mitades.


III

La noche y sus otros soles escondidos
más allá del sol que conocemos.
la oscuridad,
la muerte,
el vacío…
esa oquedad que a veces siento por el pecho,
el conjunto de todos sus silencios
y su pulmón enardecido  de mariposas negras
sin efectos a distancia,
solo recuerdos por mitades
y la noche escondida por sus alas.

Suspiros partidos a la mitad del pensamiento,
el verso buscado que te encuentra por la noche.

Noche atormentada y dividida
noche usurpadora de melancolías propias
noche de noches sin dormir cuando te pienso
evocadora noche de mis días
punto final,
frontera de la sombras.
cómplice
querida
cuerpo de mujer desnudo
por todos mis deseos,
eróticas noches de vigilia
compañera
amada
odiada
noche.



IV

La noche
con su perenne diálogo,
me trasmite su plácido misterio
en este lento transcurrir de los eventos
es sinónimo perfecto de tu sexo;
En ella muero y amanezco
para volver a morir en el intento
al robarle un pedazo de infinito a su misterio 
y renacer en el río de silencios
que fluyen incesantes por tu cuerpo.

La noche
Construye con sus criaturas invisibles
la sinfonía de sonidos amorosos
al conjugar con el murmullo de los astros
el mundo impenetrable de los sueños.


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