Decir adiós un día fue
lo más difícil,
(sabíamos que no
regresaríamos).
El tiempo no fue un
punto
que se quedó
suspendido en el vacío
mientras la vida
pasaba
a través de la
ventana,
como un soplo se
incrustó en la partida
de un ave que algún
día retornaría
para recordar que un
adiós definitivo
no fue un recuerdo
de lo que siempre
fuimos,
ni la fotografía
descolorida
que nunca nos tomamos.
Ahora, en este cuarto
a oscuras
los destellos de luz
la fueron revelando
entre momentos que se
tropiezan
con las palabras
ahogadas
por una triste
despedida.
¿Qué fue lo que pasó?
me preguntaste,
no quise decir que
nuestro tiempo
se fue multiplicando,
desdoblado en dos
universos paralelos
que no fueron
decretados
para que nuestros
caminos se encontraran.
Y supimos que ese adiós
definitivo
se fue desvaneciendo
en un futuro
que se cambió en
pasado,
y en un presente donde
el otoño
no espera jamás la
primavera,
pero tampoco aquellos
días
grises y fríos del
invierno.
Enero 2018
MHG
Bello...
ResponderEliminarGracias Letty, un abrazo!
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