Remedios Varo
Se despertó con una frase
atrapada entre sus dientes,
con una sensación de
sentimientos en espera
como si fuera el esqueleto de
una historia corta,
o mas bien el final de un
cuento: “Aquí te espero …”.
Y así pasó el tiempo, es
decir, los días y los meses
hasta la imagen arrugada y
carcomida de los años;
pasó una vida que se arregló
y regresó por ella misma,
para llevar sus sueños a la
entrada de los sueños
y recorrer uno por uno los
significados,
la sensación, los
sentimientos,
la frase detenida como en una
historieta congelada
el final insólito de puntos
suspensivos
y lo más asombroso de la
historia,
llegar al principio y
percatarse que había desaparecido
o mas bien, nunca jamás la
historia había comenzado.
Se dio cuenta el personaje
del presidio verdadero:
Estar detenido siempre en esa
frase
hasta olvidarse Y transformarse
en ella,
la silenciosa espera …
donde el único verbo del
relato
fue pasar del tiempo y lugar
de un “Aquí te espero”
a un indefinido diagrama de
tres puntos seguidos.