sábado, 13 de junio de 2015

Entretiempos





 El relojero Remedios Varo


Mi lenguaje se va tejiendo como siempre
entre recuerdos inmediatos del presente
y esos piquetes de la nada como aviso;
amor sin tiempo, inmaculado y asexuado
fuerza motora de mis pensamientos   (La poesía MHG)

A María Laura, poeta, tejedora de silencios


Después de secarme el  mórfico sudor con un trapo inservible,
deshojar un árbol de letras moribundas y sedientas,
sacudirme  de mi piel los sueños resistentes y molestos,
abandono el mundo construido con supuestos ontológicos
el armazón que da sustento a las formas incoherentes,
despierto a una  realidad que abruma
en esta mañana de conciertos solitarios,
cuando un pájaro macho  dialoga con su amada
una pequeña y negra mariposa regresa a este lugar
igual que yo de la vigilia  trasnochada y amorosa
y un par de gatos compañeros de infortunios
reclaman su pedazo de aventuras.

Me resisto a quedarme atrapado
en un cuarto de teoremas no probados,
recurro a la poesía de las cosas milagrosas
saco mi lista de deseos que tenía guardada, 
- entre los trompos y los comics,
el juego de pelota por la calle,
una fotografía de mi primera novia-
en una caja inexistente  de recuerdos
y remedios para aliviar la tos
que me provocan los maleficios
del  feroz pirata ladrón de los silencios
o de la bruja que me arrebató  señales
del camino de los sueños.

Rompo las cadenas de lo cierto,
en esta pajarera sin barrotes,
me escapo al tobogán y me deslizo
al salón de los espejos y viajo de nuevo,
por un sin fin de historias verdaderas
que se esconden de la malvada bruja del  presente,
debajo de cualquier piedra,
de un libro de poemas,
y otro de aventuras,
a ese mundo agazapado entre juguetes  oxidados
mientras pinta de blancos amarillos la mañana.

Descubro nuevamente otros axiomas 
en una letanía de frases sueltas:

Una ventana por donde el Rock se asoma,
una sirena que me llama
y una mujer que me reclama,
la estrella dentro de un jarrón de vidrio,
cuatro margaritas por cada rincón del cielo,
una mesa tapizada de teoremas,
un corazón imaginario en el camino,
la esperanza como cura para las reumas
un guiño, una sonrisa,
 y la tristeza que se cambia
a una rebeldía encabronada
cuando un niño,
en cualquier parte del mundo
se va sin sueños a la cama
sin un mendrugo,
mientras el cínico leviatán se regocija,


Destapa la coladera por donde el mal humor,
la distopía y la muerte
habían invadido mi porción de versos 
y de sueños
y estoy aquí, 
como siempre,
de vuelta,
elaborando un conjuro diferente
que no me haga olvidar lo que soy
cuando soy retratado por los otros
y en los otros (como vos) me encuentro
y cada verso me dibuja (y me delata),
a ese yo que es mi verdadera esencia
donde la palabra, el octosílabo y la métrica
en un juego de vocales y notas musicales,
le dice a mi muerte que regrese
que no es tiempo,
porque una mujer me quiere
y el mundo completo me reclama
y mi corazón es un diagrama
de mil carreteras de amores infinitos
y tengo que recorrer todos sus tramos
y entonces no esperar a esa señora
mientras vivo
y sueño
y deseo
porque estoy obligado a construir el paraíso
en este mundo sin dioses que me ayuden,
y como dice el poeta
“porque ellos no existen si yo no existo”
y si existo muero
y me resuelvo en un simple silogismo
y eso, compañera, compañero
que reconstruyes conmigo esta ciudad
de catedrales milagrosas
eso,
no es Poesía.